lunes, 11 de junio de 2012

De tapitas con... Antonio Palma


Otro lunes más, me enfrento al honor de entrevistar a un grande, un compañero y amigo al cual no me hace falta homenajear más de lo que lo hacen sus propios actos, sus propias obras. Os hablo de un arquitecto con una dilatada experiencia, que tras años de ejercer su pasión a través de numerosas muestras de diseño, es capaz de abandonarlo todo por continuar disfrutando de su profesión. Alguien para el cual las fronteras no son sino invitaciones a seguir aprendiendo. Un alumno con experiencia de profesor, un profesor con alma de alumno.

A título personal, no puedo sino reconocerle mi admiración por su interminable vitalidad, sus contagiosas ganas de disfrutar, su insaciable sed de experiencias, la ilusión con la cual se enfrenta a cada nuevo reto que se le presenta, ya sea buscado o encontrado.

Si alguien me preguntase su edad, probablemente les diría que es tan adulto como niño, lo más cercano a alguien atemporal, capaz de vivir cada instante como si fuese el último, el primero, pero sin olvidar todos los instantes anteriores ni los que sabe que aún están por llegar.

Aún recuerdo el día en que le conocí, aparentemente un día más de trabajo en la oficina. Aquel día, mi jefe se dirigió a mí para presentarme al que sería mi nuevo compañero-jefe durante la redacción del próximo concurso al que nos pretendíamos enfrentar. Sin duda, no podía ni imaginar al artista que realmente me estaban presentando. Artista en el más amplio sentido de la palabra. Los días que siguieron a aquel, se sucedieron con sorprendente naturalidad. Desde el primer momento me expresó sin palabras su respeto por los demás, su ilusión por el proyecto, por enseñar sin dejar de aprender. Su vehemencia argumental frente a su tranquila disposición a escuchar. Un sin fin de colores que no sólo se reflejaban en el uso de sus inseparables rotuladores, sino en cada esbozo verbal de la idea. En definitiva, una experiencia tan agradable como instructiva.

A partir de ahí, poco tiempo ha dado lugar a mucho. Más concursos en común, noches de interacción social, jornadas deportivas indescriptibles y un objetivo común, aprender idiomas.

Para terminar de definir a este peculiar interlocutor, decir que continúa inmerso en su gran objetivo, aprender idiomas, para lograr superar los obstáculos externos que le impiden desarrollar su gran afición, la arquitectura. Desde aquí desearle lo mejor en esta nueva aventura y presentaros a un genio con aires de loco, un señor de bastas maneras, un artista con vocación de amigo.

Bueno, empecemos fuerte: ¿Qué es para ti la arquitectura?
Arquitectura es espacio. Es la creación de un espacio limitado, protegido, confortable, favorecedor de la actividad humana, pero…… la buena arquitectura,….. además, es la creación de un espacio que es capaz de acariciar, a través de los sentidos, el alma humana. De llegar hasta ella.

Profundo. ¿Cuándo decidiste ser arquitecto?
De joven, en el Bachiller. No había nadie en este sector ni en la familia ni conocidos, pero…
Todo parte de una facilidad para el dibujo, de una buena percepción espacial, de un creer de cómo serían las cosas, quizás desde una conciencia muy tópica, casi de la calle. Fue ya durante la carrera donde tomas conciencia de lo que es esto de verdad. Algo vocacional. Algo que debes llevar en las venas si quieres hacer de tu profesión tu trabajo y tu hobby, en definitiva, tu vida.

¡Cuánta razón tienes! pero, ¿con qué frecuencia te arrepientes?
Es una profesión que te atrapa y como tal a veces te arrepientes de vivir tan poco el resto de las cosas, pero siempre es una falsa percepción de tu realidad. Cuando pasas una semana parado, ya andas dándole vueltas a la cabeza con nuevas y locas ideas. El arquitecto es una persona en definitiva con una alta sensibilidad y una alta capacidad de observación, además debe estar dotado de un espíritu contestatario, inquieto, transformador, de un creer que las cosas siempre pueden hacerse mejor. ¿Cómo puedes arrepentirte de sentirte parte de todo lo que te rodea? ¿De saber que tienes capacidad y conocimiento para transformarlo?

Suena bien, sin duda. ¿Cuál consideras que es el proyecto más relevante que has hecho hasta ahora?
Por su peso específico, la Biblioteca Municipal de Alhaurín el Grande, pero quizás, por su carácter plástico, una vivienda unifamiliar en Cerrado de Calderón, Málaga.

La verdad es que ambas son muy interesantes, difícil elegir una. ¿Cómo describirías la experiencia de llevarlos a cabo?
Apasionante. Duro. De locura. Estresante. Enriquecedor…. Los adjetivos positivos y negativos podrían alternarse durante un buen rato. Pero si tuviera que resumirlo en pocas palabras, diría……”podría haberse hecho mucho mejor, pero estoy orgulloso de lo que se hizo”.
¿No es lo que dice un padre de sus hijos?

Jajaja. ¿Cuál es el proyecto más ambicioso o loco en el que te has embarcado?
Difícil respuesta. Tantos… Sin un punto de ambición y locura nada sale. Sin embargo, ahora recuerdo que me dio por hacer una fosa séptica realizada por los mismos albañiles. Existían prefabricadas, pero de difícil acceso y alto coste. Estudié el problema, qué es lo que había en el mercado y diseñé mi propio modelo. La ejecutamos. Lo curioso es que cada cierto tiempo pedía a los albañiles que me las abrieran. Como comprenderás no era muy agradable, pero poco a poco fui mejorándola, en cada casa le añadía un algo que había notado que podía solucionar tal o cual problema. Ya hace tiempo que no las abro, pero aún no me han llamado. Supongo que funcionan, pues de no hacerlo, sería muy evidente….. ¿No?

Jajaja, muy Antonio Palma, sí señor. ¿Tu anécdota más curiosa?
Soy de los que pinto en las paredes de mis obras mis croquis, mis detalles constructivos. Curiosamente un día descubrí que había siempre detrás de mí un albañil armado con una cámara fotográfica. Parece que la constructora quería asegurarse de que no se perdieran, o quizás, usarlos en caso de necesidad…

¿Cuál sería tu cliente ideal?
Cada proyecto es diferente. Siempre empiezas de cero. Con el papel en blanco. En unos eres capaz de transmitir tus ideas, de contagiar a tu cliente, de hacerlo parte de tu equipo….en otros esa conexión no se produce, el cliente viene con demasiadas ideas preconcebidas, no buscan a un arquitecto, buscan a un técnico. Ambos son papeles dignos, pero el resultado suele ser muy diferente. La creatividad es la ilusión por hacer algo nuevo, que además de dar soluciones a un problema, sea capaz de ser resuelto con sencillez, brillantez y por supuesto belleza. El cliente perfecto no existe, pero se parece a aquel que te deja trabajar, que sólo expone sus objetivos, problemas y busca tus soluciones. Podrán ser asumidas o no por él, pero es como si fuéramos al médico porque nos duele el corazón y a la vez le dijéramos que tiene que operarnos por la nariz. La profesionalidad y buen hacer deberían ser las verdaderas razones por las que debería buscarse a un arquitecto y no a otro. Razones exclusivamente económicas sólo provocan un deterioro constante y decadente de la profesión. (Como decía cierto colaborador del pasado, “si pagas con cacahuetes…solo tendrás monos”)

Jajaja, esa me ha gustado. ¿Has podido trabajar ya con él o es sólo una utopía?
El cliente perfecto no existe, pero sí he trabajado con algunos clientes que te buscan por tu trabajo y buen hacer. (…aunque siempre intentan lo de los cacahuetes….)
Quizás, más que clientes ideales, nosotros luchamos día a día para que se parezcan un poco a ese ideal. Y te aseguro que no es tarea fácil.

¿Qué le dirías a un estudiante de primero?
Que se asegurara de su vocación, que la iba a necesitar. Que es una profesión muy sacrificada y con muchas responsabilidades, pero que, a su vez, es muy gratificante. Que el verdadero pago por tu trabajo casi nunca es económico (más en estos tiempos). Y que lo que lo llevo allí, que nunca lo olvide. Sin ilusión es imposible seguir.

Si tuvieses que escoger un proyecto ajeno, ¿cuál sería y por qué?
Elegiría entre los cientos que me gustan… un edificio que causó mi admiración siendo aún estudiante y que aún hoy sigue ocupando ese primer puesto.
El pabellón alemán de la Exposición Universal de 1929 en Barcelona de Mies van der Rohe.
Para mí es la máxima expresión de la sencillez y de la grandeza de los espacios. El interior y el exterior se confunden, se integran, se fusionan. La luz es arquitectura, la materia espacio. Es un edificio honesto, preclaro, donde lo menos sigue siendo más.

Y puestos a elegir un arquitecto, ¿quién?
Tadao Ando.
Por su maestría de la luz. Su poesía de la arquitectura. El agua. La materia. Por su autenticidad y sencillez. Su integración de la naturaleza, cómo el exterior entra en los edificios. Su obra en definitiva, es pensamiento plasmado, espiritualidad.

De no haberte decidido por esta profesión, ¿cuál hubieses elegido?
Ufffff……Con la que está cayendo en nuestra profesión decir que siempre me hubiera gustado ser arquitecto roza el masoquismo. Pero es así.
Quizás, puesto a buscar alternativas, otra profesión que necesita vocación, entrega y que tiene mucho de lo que tiene esta. Médico. (Al menos, creo, no me dirían por donde tengo que operar…o sí?...jajajaja)

Jajaja, no sé yo. Seamos sinceros, ¿cuál es tu mayor miedo?
Que esta crisis acabe destruyendo mi carrera profesional. Es como pasarte una vida diseñando, construyendo, mejorando un “Ferrari”…y cuando llega el momento de sacarlo a la carretera….No hay gasolina.

¿Cuál crees que es tu mayor virtud como arquitecto?
No haber perdido la ilusión del primer día. Seguir pensando que las cosas se pueden hacer bien. Mejores.

Bien, ahora que ya te conocemos, la pregunta estrella: ¿cuál es tu consejo para salir de la crisis?
El problema de esta Crisis, a mi entender,…..es la falta de rumbo, de Norte, de no saber hacia dónde dirigirnos. Son demasiados los factores que están afectando a la economía y muchas las presiones. Un increíble paro (se supone que la revolución, con estos números ya debería haberse producido), la desaparición de la pequeña empresa (verdadero sustento de la economía española), una administración sobredimensionada (el doble de la alemana, que no produce y que se auto-justifica ralentizando la “máquina”), la presión de Alemania sobre el resto de las economías (sus satélites serán los primeros en ser sacrificados antes de verse afectada su economía), un excesivo endeudamiento público (impidiendo incentivar y ayudar a los sectores productivos), la huida a otros países del capital privado…bueno…la lista ya sabemos que es bien larga.
Además, pienso que hay otra cosa más grave que estamos arriesgando, la perdida de ILUSIÓN.
Serán varias las generaciones afectadas, …los que ya llegaron, acabaran retirándose del mercado laboral antes de lo previsto (con las consiguientes pérdidas de experiencias); los que no llegaron pero casi lo consiguieron, verán frustrados sus anhelos, pensando que no aprovecharon su oportunidad, perdidos ante la tesitura de empezar de nuevo (con familia, hipotecas, deudas) o abandonar … (a mi entender, los más afectados); los que estaban empezando, si no se embarcaron en demasiados compromisos económicos, sabrán reaccionar, aunque son los que romperán el mercado, bajarán precios, inventarán nuevas formulas, son los que no tienen los lastres del pasado y ningún compromiso con el futuro, …
Los que no empezaron, o están a punto de hacerlo… ante esta terrible situación, simplemente se marcharán a otros lugares, pues nada los ata y sus capacidades aún están intactas. La pregunta clave es si el país se puede permitir el lujo de formar a tantas generaciones para después perderlas…?
Consejos para salir… no los tengo… sé que tendremos que reinventarnos, pero no sé en qué.

¿Cómo entraste en ella?
Cómo todos… viéndolas venir pero sin imaginar el alcance. Dudo que aún sepamos cual será este y sus consecuencias.
A finales de 2006 y comienzo de 2007, el sector privado empezó a desaparecer. Las grandes empresas empezaron a caer. Los proyectos importantes (parecía que por fin empezaban a llegar), comenzaron a anularse uno tras otro. Me pasé al sector público, y bueno muy interesante la experiencia, difícil, otra forma de trabajar, … pero más de lo mismo y a mediados de 2010, muchos de los trabajos quedaron “colgados” y sin cobrar. Desde hace un año no sale nada. Dicen que el paro afecta al 90% de la profesión y me lo creo.
Ahora… por un tiempo en Irlanda aprendiendo inglés, gastando el último cartucho y sabiendo que es necesario empezar de nuevo, con casi certeza absoluta, en otro lugar.

Esto es duro. ¿Cómo piensas que saldrás?
Como ya te dije… no lo sé. Sigo amando mi trabajo y sigo resistiéndome a perder la ilusión del primer día. Constantemente busco en mí aquellas cosas que me llevaron a enamorarme de mi profesión

¿Cómo puede afectar a esta profesión, y a ti como persona?
Creo que esta crisis dejará huella en todos los sectores, pero, el nuestro ya nunca será el mismo. Será otro,... diferente. Pienso que el arquitecto es una figura fundamental en nuestra sociedad. En un mundo donde la demografía sigue aumentando a un ritmo galopante, será necesario buscar nuevos modelos de crecimiento si no queremos acabar con el planeta y en eso, pienso, el arquitecto es uno de los protagonistas para buscar nuevas ideas. Es necesario que la figura del urbanista-planificador-constructor, surja de sus cenizas y se reinvente. Al igual que el concepto de familia está cambiando, los nuevos espacios habitables deben re-concebirse. Palabras actualmente tan machacadas como sostenibilidad, conservación, economía, energías limpias y renovables… se convertirán en las verdaderas reglas del futuro “ juego”.

Ya sabemos que es para ti la arquitectura, pero, ¿qué esperas que sea después de la crisis?
El momento de contracción que estamos viviendo, creo, será más duradero de lo que pensamos todos. Venimos de un momento expansivo, donde la arquitectura fue la diva de la fiesta, y por eso mismo, necesita bajar a los infiernos para recuperar su equilibrio y sitio. La arquitectura espectáculo deberá dejar paso a una arquitectura más coherente, más acorde a la realidad, al futuro que nos espera. Los proyectos emblemáticos, simbólicos, deberán dejar paso a otros más modestos pero más integrados. El problema de esta situación es que tanto arquitectos, promotores, políticos, etc. deben dejar ese afán de lucimiento, de poner los grandes focos del escenario mundial en sus productos para pasar a una situación más modesta y humilde… el problema es... ¿cómo hacerlo?... Supongo que deberemos tocar fondo para empezar de nuevo.

¿Qué queda del joven que se adentró en esta carrera?
Siempre lucho por ser joven, por ver el mundo con ojos nuevos, casi infantiles. Pero reconozco que en el fondo es un acto de autodisciplina… por cierto… muy gratificante cuando lo consigues.

Desde luego que sí. Una vez más, ha sido una auténtica experiencia poder disfrutar de esta interesante conversación contigo. Muchas gracias por tu tiempo y tu interés.
Un abrazo.

Y hasta aquí nuestro #LunesdeTapitas de hoy.

Un saludo.


De tapitas con...

Antonio Palma
Arquitecto

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