martes, 25 de marzo de 2014

La Bola


  • Hola Juan, ¿cómo estás? ¡Qué alegría de verte!
  • Desde luego. Hay que ver que no nos vemos nunca y nos vamos a ver ahora todos lo días.
  • Lo que son las cosas Juan. Aunque tampoco pareces muy contento.
  • ¡Qué va! Calla, que no sabes bien el disgusto que tengo encima.
  • ¿Y eso?
  • ¿Cómo que “y eso” chiquillo? Pero, ¿tú en que mundo vives? ¿No viste el partido de ayer?
  • ¡Ah! Es verdad, que había ayer Champions. Si te soy sincero no lo vi, estoy cada vez más desconectado del fútbol.
  • ¡¿Cómo?! No te digo yo a ti, encima esto. No me digas eso, me cago en todo lo que se menea. Pero, ¿tú no tienes sangre o qué? ¿Qué puede haber más importante a esa hora que los octavos de final de la Champions League? Así nos va.
  • Venga ya Juan, que eres muy exagerado.
  • ¿Exagerado? No me calientes, no me calientes. Que ya tuve bastante ayer con tener que acostarme sin cenar ni nada. A mi mujer no le dejé ni que me diera las buenas noches, así que imagínate el panorama.
  • Pero... ¿por qué? ¿Qué más te da si ganan o no?
  • Vamos a ver, ¿cómo puedes decirme algo así? Esos partidos hay que ganarlos sí o sí, y más con lo que cobra esa gente.
  • Pues eso mismo digo yo. Si cobran tanto es porque sois unos fanáticos y lo permitís.
  • ¡Uffff! Va a ser mejor que cambiemos de tema, si no al final te la llevas.
  • Sí, será mejor, que no tengo yo ganas de conflicto. Oye lo que quería yo preguntarte, aparte del disgusto del fútbol, ¿cómo llevas lo de tu empresa? Eso sí que ha tenido que ser duro, ¿no?
  • ¿De qué estás hablando? ¿Qué pasa con mi empresa?
  • Me contaron que habíais perdido el concurso aquel en el que estuviste trabajando tantos meses.
  • ¡Ah sí! ¿Y qué más da?
  • ¿Perdona? Fueron muchos los esfuerzos que se hicieron para que ahora la empresa haya sido rechazada. Ha tenido que ser un drama para ti.
  • ¡Ni de coña! ¿Estamos locos? Por mi a la empresa le pueden dar mucho por ahí. A mi me da lo mismo, ¿no ves que yo voy a cobrar lo mismo a final de mes tanto si se gana como si no? Que se joda mi jefe, que ya gana bastante.
  • Pero bueno Juan, ¿eso cómo va a ser? Así que la empresa a la cual dedicas la mayoría de tu tiempo y de la cual dependen tantas familias a las que conoces... te da igual; pero que un equipo con el cual no tienes relación alguna pierda un partido al cual ni siquiera has asistido, te amarga la noche y el resto de la semana. Lo tuyo no es muy normal, lo siento.
  • ¡Ostia! No te digo yo a ti que al final me dabas tú el día. Por cosas como esta es por lo que estoy yo amargado. Desde luego que siempre fuiste un raro. Me vas a perdonar, yo me alegro mucho de verte, pero va a ser mejor que me vaya, directamente. Porque lo que está claro es que no tienes ni puñetera idea de nada.
  • Pues nada Juan, que te sea leve. Ya nos vemos. A ver si la próxima vez te pillo algo más animado, o como poco, un día en el que no hayas tenido fútbol la noche anterior.
  • Nos vemos. Hay que ver las cosas que deseas. Desde luego, como perdamos la vuelta, más te vale no cruzarte conmigo.
  • Sin duda. Estaré atento. Jajaja.
  • Déjate de coñas, que esto es muy serio.
  • ¿Serio? Lo tuyo sí que es de coña.
  • ¡Anda ya! ¡Ten cuidadito y aprende a disfrutar de la vida! Que falta te hace.

martes, 11 de marzo de 2014

Le llaman Coach


  • Hola Juan. ¡Cuanto tiempo! ¿Cómo vas?
  • Muy bien man, no me puedo quejar. Estoy a full con mi nuevo trabajo.
  • ¡¿Ah sí?! ¿Qué estás haciendo ahora?
  • Soy coach.
  • ¿Eso qué es, Juan?
  • ¡Qué cateto eres! Eso es lo último, una profesión super chic entre las celebrities, basada en la motivación y la enseñanza de técnicas para el desarrollo personal y laboral.
  • Oye, pues suena bien.
  • Desde luego. Es de lo más fashion hoy día. Al principio me resultó algo heavy, pero ahora estoy hecho un verdadero pro. Ahora me lo tomo todo en plan relax, tú sabes.
  • Desde luego que eres un máquina.
  • ¡Tú si que eres un crack! ¿Sigues tan crazy como siempre?
  • ¡Qué va, tío! Ya estoy echando cabeza. Ahora me ha dado por aprender inglés.
  • ¿Inglés? ¿Inglés para qué? ¡Y dice que está mejor el tío! Jaja. ¡Te estás quedando charlie! ¿Para qué quieres tú aprender inglés? Con lo bien que se vive aquí, ¡que aprendan ellos!
  • No hombre, pero seguro que me abre alguna puerta y así puedo seguir mejorando profesionalmente.
  • ¡Anda ya!
  • Pero bueno, ¿tú no te dedicas a eso? No me creo que no hables inglés.
  • ¿Yo? ¡Ni de coña, bro! Yo paso del inglés. A mi no se me ha perdido nada en Inglaterra. Ya sabes, es como el deporte, eso no es para mí. Como mucho en la play. Jaja.
  • Jajaja. ¿Sigues sin hacer nada de deporte?
  • ¡Qué va! Pasando. Yo sólo hago tumbing.
  • ¡Vaya tela!
  • Eso es así. Yo soy más de irme de fiesta y desde que tengo este curro, me harto de copas by the face.
  • ¿Y eso?
  • Desde que me dedico a esto del coaching, conozco a un montón de gente y no hay manera de llegar a un pub y que no me conozca alguien.
  • ¡Qué nivelazo!
  • ¡Es lo que tiene pertenecer a la jet set! Jaja.
  • ¡Eso va a ser!
  • Of course, niño. Eso es así.
  • ¡Di que sí!
  • Pues nada, me alegro de verte. Te dejo que tengo clases de inglés y al final voy a llegar tarde.
  • Hazme caso. El español es el idioma más hablado después del chino. Déjate de inglés y aprende otras cosas más importantes.
  • Pero es que es importante para encontrar trabajo y poder conocer y entender a gente de todos sitios.
  • ¡Pamplinas! Yo soy español, de pura cepa.
  • Yo también, pero eso no quita que quiera abrirme un poco a los demás.
  • Pues no te abras tanto, ¡que eres muy opening tú!