viernes, 14 de septiembre de 2012

Concurso, luego pienso (7/14)


5. Saneamiento

Ante la fallida embestida con la que afronté el día anterior, esta vez decido asegurar, centrarme en recopilar los pasos que hasta ahora podríamos considerar en firme, enumerar las ideas que hemos establecido ya como nuestra verdad y que deben ser aceptadas por el grupo como campamento base; un punto de partida sobre el cual avanzar, desechando todo aquello que podemos considerar prescindible.

Es entonces cuando me descubro sorprendido y orgulloso a partes iguales, consciente de que este tiempo atrás no ha resultado para nada en balde. Cuando enumero los hitos de proyecto que hemos detectado y debatido en las pasadas reuniones, empiezo a constatar algo que ya sospechaba al inicio de esta aventura: estoy aprendiendo a marchas forzadas sobre mi ciudad y mi profesión. Un curso avanzado e intensivo. Ese descubrimiento hace que todo lo demás merezca la pena.

Los citados hitos se definen como sigue:

Hitos de proyecto.

1- Puerto.
Sin duda una de las claves de esta ciudad y por ende del proyecto. No sólo supone un extremo en nuestro ámbito de estudio, siendo por tanto origen y final al mismo tiempo de una actuación que cambiaría la esencia de toda una urbe, sino que su localización y su influencia histórica han condicionado durante muchos años la identidad ciudadana. Con origen en la fundación fenicia de la ciudad, se le atribuye esta componente mercantil ya desde el siglo X a.C. Por tanto, cualquier iniciativa que nos planteemos deberá contar con la zona portuaria como eje principal de la propuesta.

2- Soterramientos.
Una de las soluciones más interesantes de cara a la reordenación del tráfico es aprovechar una idea ya testada en estas mismas condiciones y que nos permitiría facilitar la entrada y salida de los usuarios, sin por ello perjudicar la estancia de aquellos que permanezcan en sus calles. Parece fundamental ofrecer un nuevo espacio público en la orilla del río para invitar a los ciudadanos a apropiarse de un área tan suyo como el resto, derribando así barreras históricas y no siempre tan psicológicas.

3- Punto de inflexión.
Hablar de soterramiento supone hablar de un punto de inserción y otro de salida. Es decir, analizar en qué punto se supone que deberíamos acometer el enlace viario con la superficie. Esta conexión deberá respetar en lo posible la estructura viaria existente para no interrumpir los flujos correctos ya existentes. Además, la longitud exacta de soterramiento deberá ser analizada con especial interés, dado que a mayor longitud mayor serán las necesidades de implementar el número de entradas y salidas intermedias, con los consiguientes nudos de circulación que se generan en cada punto.

4- Punto de ruptura.
Actualmente la ciudad presenta una peculiaridad muy característica a la par que inapreciable por la mayoría de visitantes. La entrada principal desde la autovía se realiza de forma intuitiva y directa a través de un bulevar de doble carril por sentido de circulación. Sin embargo, a partir del estadio de fútbol, este bulevar se bifurca e invade ambas orillas, mediante una transición no tan intuitiva y por tanto conflictiva. Para que nos entendamos, es como si viniésemos por una cremallera cerrada, hasta que alcanzamos un punto en el cual la cremallera aparece abierta sin previo aviso. Para mayor desconcierto, se da la circunstancia, además, de que el viario intuitivo y agradable por el que circulamos continúa traicionero hacia el mismísimo caos, adentrándose peligroso en el seno del centro histórico, calles laberínticas mediante.

5- Jardín botánico.
Si antes hablábamos del puerto como uno de los extremos de esta actuación, podríamos aplicar sin duda la misma definición para este referente urbano, este atractivo turístico agraviado por una localización alejada y unos accesos tan complejos como poco promocionados. Por tanto, parece evidente que una de las principales bazas de esta actuación debe ser la integración del aclamado vergel. Un oasis de vegetación entre tanto asfalto y hormigón que, desgraciadamente, no logra formar parte del quehacer diario de nuestros vecinos.

6- Presa.
La contundente imagen que supone un muro de casi cien metros de altura en las inmediaciones de una ciudad tan plana como la que nos atañe, podría llegar a convertirse en un símbolo del miedo aterrador hacia los crecientes desastres naturales que arrasan, cada vez con más frecuencia, la corteza terrestre. Pese a los estudios técnicos que afirman la sobrada seguridad encerrada tras la muralla, no son pocas las voces que recuerdan accidentes similares que podrían justificar su eliminación o, al menos, incitar su reducción para disminuir con ello el riesgo asumido con su creación. Más allá del dilema técnico, no cabe duda que su reducción podría ofrecer grandes recompensas a la ciudad; entre otras, la creación de un nuevo parque a modo de balcón-mirador hacia el horizonte urbano y el lago natural que se generaría.

7- Alternativa técnica.
Otra de las opciones que se han barajado a lo largo de estos años de análisis y discusiones, es la restitución de la antigua presa, cauce arriba, permitiendo con ello un control previo que facilitara el funcionamiento de la nueva presa reducida. Para ello, se plantea también la posibilidad de generar otras dos presas intermedias para lograr un descenso gradual del agua embalsada. Dejando nuevamente de lado los pormenores técnicos de esta afirmación, se trataría de una atractiva concatenación de pequeños embalses que, dado en el entorno en el que se situarían, supondrían un nuevo reclamo para los usuarios de esta ciudad.

8- Reforestación.
Cuando uno analiza la historia del problema que nos atañe, la principal conclusión en la que todos coinciden, es en la causa. Las ciudades antiguas fueron siempre inevitablemente asociadas a un aporte de agua natural, en forma de río o embalse. La nuestra no fue diferente, de ahí su conexión al mencionado trayecto fluvial. Hasta aquí todo parece seguir un guión tan común como estándar. Es cuando mencionamos la evolución territorial del entorno inmediato, cuando detectamos una pequeña mella en el discurso. A raíz del reparto de tierras entre los conquistadores, acontecido en los inicios del siglo XVI, se comenzó una modificación masiva de la estructura superficial de la cuenca del río. Los extensos cultivos escondían una deforestación igual de extensa y agresiva. Sin recapacitar acerca de sus posibles consecuencias, se fueron eliminando hectáreas de arboleda con la excusa de alimentar a los ciudadanos. El uso del término excusa no es gratuito ni azaroso, sino que refleja un interés individual de enriquecimiento, ánimo de lucro, por parte de los terratenientes, que fomentaron con su imprudencia la impermeabilidad de una cuenca cada vez más deteriorada y peligrosa. La falta de absorción de unas tierras devastadas, supone un creciente aumento del caudal del río, así como de la virulencia de este. Los torrentes se volvieron cada vez más frecuentes y los días de lluvia no podían ser amortiguados por una tierra absorbente ni una amalgama de copas de árboles.

Por el contrario, las precipitaciones continuadas derivaron en un cauce descontrolado y sobrepasado. Las inundaciones no tardaron en llegar. Y con ello las tragedias. Por tanto, revertir esta situación debe llevar adherido la reforestación como emblema de campaña. No puede ser una solución inmediata ni cortoplacista, pero sí debe acompañar las reacciones que se generen para aportar cierta duración a estas iniciativas. Pensar en corto plazo sin prever el medio y largo plazo, es hipotecar el futuro de nuestras ideas. Condenarlas al fracaso antes de darles, siquiera, la oportunidad de triunfar.

9- Parque.
Una vez recorrido todo el ámbito de actuación, resolviendo los problemas tangenciales que en él acontecen, es momento de acometer el principal dilema del concurso. Intervenir sobre el cauce bajo la presa para contribuir a su integración urbana. Todos coincidimos en que la oferta de espacios públicos y vegetación es la mejor de las opciones para una ciudad acusada de adolecer de mayor cantidad de áreas con estas características, especialmente en la zona centro. Sin embargo, esto no es sino el principio de una ardua tarea. Definir este espacio como parque, sólo nos invita a pensar en una determinada dirección, sin por ello establecer las claves del ansiado diseño. Las dudas se mantienen en aspectos tan importantes como la cota, la presencia o ausencia de agua, el límite variable o invariable de cada sector, etc.

Al analizar el devenir del río por la ciudad, se detectan diferentes contextos, perfectamente reconocibles, que invitan a una solución cambiante pero unitaria. Una manera de absorber tales diferencias e inducir a una integración global, tan necesaria como compleja. De hecho, este se ha convertido en uno de los principales motivos para el fracaso reiterado de nuestras propuestas. Las ideas podían responder positivamente al área concreta en el que había surgido pero empezaban a mostrar sus deficiencias conforme las trasladábamos a lo largo de los seis kilómetros que debemos ordenar. No nos engañemos, sabíamos de lo complicado de este concurso antes de aceptar el reto. Desgraciadamente eso no nos exime de sufrir sus consecuencias. Necesitamos una idea tan ecléctica como su motivo, pero sin olvidar que una de las premisas de partida era lograr la unificación de este accidente geográfico heredado por la trama urbana.

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Como cabría esperar, con los argumentos redactados se escapa parte de mi vitalidad. El cansancio extremo que oprime mis sienes me recuerda lo extenso del día que comienza a expirar. Una señal que no puedo obviar. Necesito continuar la meditación desde una horizontalidad que me permita compartir mis pensamientos con la calidez de mis sábanas y el placentero soporte que me proporciona la almohada.
En este tipo de carreras de fondo, tan importante es el ritmo de trabajo como la frecuencia y duración de los descansos. Suena a frase hecha, pero es una de las múltiples verdades que uno aprende en nuestra bella carrera. Las noches sin dormir son sólo soluciones extremas a problemas ya inalcanzables. Lo correcto, sin duda, aprovechar las horas de concentración y resetear el sistema para retomar nuestra tarea con más fuerza e ilusión.


Continuará... (Parte 7/14)

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