domingo, 7 de junio de 2020

Cuestion-ando mi vida_COVID

Desde que empezó toda esta vorágine desatada por el famoso virus que nos amenaza sin piedad, me propuse no caer en la tendencia generalizada de opinar sobre una materia de la que no dispongo conocimiento alguno. No subirme a la ola del populismo para aprovechar el morbo que implica tratar cualquier aspecto relacionado con el tema de moda, para alcanzar una mayor difusión o notoriedad.

Me equivoqué. No he sido capaz de mantener mi promesa. Sí, he cometido un error. Lo acepto y lo reconozco. Estoy dispuesto a recorrer el fatídico trayecto de la vergüenza y deshonra nacional. Contradecir a un país que ha servido durante años de soporte a toda una clase política convencida de que errar es humano, pero que no alcanza a sus divinas personalidades.

Yo sí me equivoco, independientemente de mi ideología. Independientemente de las suyas.

Por eso, me gustaría trasladar una pregunta que me atormenta a diario, fruto de mi indudable estupidez. ¿Alguien ha visto en algún momento si el puñetero virus este es de derechas o de izquierdas? ¿Alguien ha tenido la oportunidad de preguntárselo?

Sí, lo sé. Es una pregunta absurda.

Pero, en ese caso, ¿me podría alguien explicar por qué todo nuestro país sigue enfrascado en un conflicto ideológico basado en el color de cada discurso? ¿Cómo puede ser que hayamos politizado también esto, un problema meramente sanitario? ¿No hay nadie más que se despierte fruto del hastío provocado por la inoperancia de unos gestores que se limitan a defender sus asientos, sin importarles lo más mínimo las consecuencias de sus decisiones, de cada una de sus manifestaciones públicas? ¿Tan corrupto está este sistema en el que vivimos? ¿Cuándo se acaba todo esto?

Y no me salgan con esas de que los políticos no son sino el reflejo de la sociedad a la que representan. No me jodan. Este país se encuentra en la cúspide de la “titulitis”, tras alcanzar un nivel académico sin precedentes en la historia. ¿Y me van a decir que estos ineptos sin estudios, cuya única virtud consiste en la escalada sin reglas que supone cualquier partido hoy día, nos representan? ¿A cuántas personas conocen ustedes que se ganen la vida dando lecciones sin experiencia alguna que los respalde? Sí, lo sé, los bares están llenos de ellos. Pero no olvidemos que todas esas personas que juegan a líderes sociales, no dejan de ser trabajadores que llenan sus buches y los de sus familias ejerciendo una profesión que nada tiene que ver con la gestión del país. Así que dejemos de una vez por todas de justificar lo injustificable. España no merece una clase política tan indigna. Lo siento.

Lo digo porque ha llegado el momento de que alguien me ayude a entenderlo, para ver si así logro alcanzar un estado mental parecido a la calma, desde el que recobrar las fuerzas para salir a la calle y ganar el dinero suficiente como para poder pagar a todos estos impresentables, y que aún así me quede algo para cuidar de los míos, contribuir a unos servicios públicos eficientes y de calidad, y por último, comer.

¿De verdad soy el único cansado de este conflicto? No me digan eso. No me creo que sigan pensando que la solución a todos nuestros problemas, sean de la índole que sean, pasa por demostrar que nuestra ideología es mejor que la de nuestros vecinos. ¿No lo piensan, verdad? Ser mejor que el otro, bajo mi único criterio, no me va a proteger frente a amenazas sanitarias como esta. ¿Por qué seguimos entonces recurriendo al “tú más” como defensa fundamental en momentos de crisis como este? ¿Será que nos hemos quedado sin argumentos? Confío en que no.

Si voy al hospital afectado, me da igual a quién vote o cómo piense el sanitario que ha de salvarme. Es libre de ejercer su derecho de la mejor manera que considere. Exactamente igual que yo. Lo único que me preocupa es que cada uno dé lo mejor de sí mismo, llegado el momento. Yo haré lo mismo. Que esa persona cuente con los medios necesarios y se le deje trabajar en condiciones. Del resto se encargan ellos. Ya lo han demostrado. ¿Hay alguien que se niegue a ser atendido por el color que se le presupone a una persona? Lo dudo. Si es que sí, creo que deberíamos mirárnoslo.

Gracias.

Por cierto, no se molesten en buscarle una ideología a estas palabras. Es tan solo un sentimiento. Nada más. Bueno, puede que un grito desesperado de socorro. Quizás, no sé.

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