5. Saneamiento
Ante
la fallida embestida con la que afronté el día anterior, esta vez
decido asegurar, centrarme en recopilar los pasos que hasta ahora
podríamos considerar en firme, enumerar las ideas que hemos
establecido ya como nuestra verdad y que deben ser aceptadas por el
grupo como campamento base; un punto de partida sobre el cual
avanzar, desechando todo aquello que podemos considerar prescindible.
Es
entonces cuando me descubro sorprendido y orgulloso a partes iguales,
consciente de que este tiempo atrás no ha resultado para nada en
balde. Cuando enumero los hitos de proyecto que hemos detectado y
debatido en las pasadas reuniones, empiezo a constatar algo que ya
sospechaba al inicio de esta aventura: estoy aprendiendo a marchas
forzadas sobre mi ciudad y mi profesión. Un curso avanzado e
intensivo. Ese descubrimiento hace que todo lo demás merezca la
pena.
Los
citados hitos se definen como sigue:
Hitos
de proyecto.
1-
Puerto.
Sin
duda una de las claves de esta ciudad y por ende
del proyecto. No sólo supone un extremo en nuestro ámbito de
estudio, siendo por tanto origen y final al mismo tiempo de una
actuación que cambiaría la esencia de toda una urbe, sino que su
localización y su influencia histórica han condicionado durante
muchos años la identidad ciudadana. Con origen en la fundación
fenicia de la ciudad, se le atribuye esta componente mercantil ya
desde el siglo X a.C. Por tanto, cualquier iniciativa que nos
planteemos deberá contar con la zona portuaria como eje principal de
la propuesta.
2-
Soterramientos.
Una
de las soluciones más interesantes de cara a la reordenación del
tráfico es aprovechar una idea ya testada en estas mismas
condiciones y que nos permitiría facilitar la entrada y salida de
los usuarios, sin por ello perjudicar la estancia de aquellos que
permanezcan en sus calles. Parece fundamental ofrecer un nuevo
espacio público en la orilla del río para invitar a los ciudadanos
a apropiarse de un área tan suyo como el resto, derribando así
barreras históricas y no siempre tan psicológicas.
3-
Punto de inflexión.
Hablar
de soterramiento supone hablar de un punto de inserción y otro de
salida. Es decir, analizar en qué punto se supone que deberíamos
acometer el enlace viario con la superficie. Esta conexión deberá
respetar en lo posible la estructura viaria existente para no
interrumpir los flujos correctos ya existentes. Además, la longitud
exacta de soterramiento deberá ser analizada con especial interés,
dado que a mayor longitud mayor serán las necesidades de implementar
el número de entradas y salidas intermedias, con los consiguientes
nudos de circulación que se generan en cada punto.
4-
Punto de ruptura.
Actualmente
la ciudad presenta una peculiaridad muy característica a la par que
inapreciable por la mayoría de visitantes. La entrada principal
desde la autovía se realiza de forma intuitiva y directa a través
de un bulevar de doble carril por sentido de circulación. Sin
embargo, a partir del estadio de fútbol, este bulevar se bifurca e
invade ambas orillas, mediante una transición no tan intuitiva y por
tanto conflictiva. Para que nos entendamos, es como si viniésemos
por una cremallera cerrada, hasta que alcanzamos un punto en el cual
la cremallera aparece abierta sin previo aviso. Para mayor
desconcierto, se da la circunstancia, además, de que el viario
intuitivo y agradable por el que circulamos continúa traicionero
hacia el mismísimo caos, adentrándose peligroso en el seno del
centro histórico, calles laberínticas mediante.
5-
Jardín botánico.
Si
antes hablábamos del puerto como uno de los extremos de esta
actuación, podríamos aplicar sin duda la misma definición para
este referente urbano, este atractivo turístico agraviado por una
localización alejada y unos accesos tan complejos como poco
promocionados. Por tanto, parece evidente que una de las principales
bazas de esta actuación debe ser la integración del aclamado
vergel. Un oasis de vegetación entre tanto asfalto y hormigón que,
desgraciadamente, no logra formar parte del quehacer diario de
nuestros vecinos.
6-
Presa.
La
contundente imagen que supone un muro de casi cien metros de altura
en las inmediaciones de una ciudad tan plana como la que nos atañe,
podría llegar a convertirse en un símbolo del miedo aterrador hacia
los crecientes desastres naturales que arrasan, cada vez con más
frecuencia, la corteza terrestre. Pese a los estudios técnicos que
afirman la sobrada seguridad encerrada tras la muralla, no son pocas
las voces que recuerdan accidentes similares que podrían justificar
su eliminación o, al menos, incitar su reducción para disminuir con
ello el riesgo asumido con su creación. Más allá del dilema
técnico, no cabe duda que su reducción podría ofrecer grandes
recompensas a la ciudad; entre otras, la creación de un nuevo parque
a modo de balcón-mirador hacia el horizonte urbano y el lago natural
que se generaría.
7-
Alternativa técnica.
Otra
de las opciones que se han barajado a lo largo de estos años de
análisis y discusiones, es la restitución de la antigua presa,
cauce arriba, permitiendo con ello un control previo que facilitara
el funcionamiento de la nueva presa reducida. Para ello, se plantea
también la posibilidad de generar otras dos presas intermedias para
lograr un descenso gradual del agua embalsada. Dejando nuevamente de
lado los pormenores técnicos de esta afirmación, se trataría de
una atractiva concatenación de pequeños embalses que, dado en el
entorno en el que se situarían, supondrían un nuevo reclamo para
los usuarios de esta ciudad.
8-
Reforestación.
Cuando
uno analiza la historia del problema que nos atañe, la principal
conclusión en la que todos coinciden, es en la causa. Las ciudades
antiguas fueron siempre inevitablemente asociadas a un aporte de agua
natural, en forma de río o embalse. La nuestra no fue diferente, de
ahí su conexión al mencionado trayecto fluvial. Hasta aquí todo
parece seguir un guión tan común como estándar. Es cuando
mencionamos la evolución territorial del entorno inmediato, cuando
detectamos una pequeña mella en el discurso. A raíz del reparto de
tierras entre los conquistadores, acontecido en los inicios del siglo
XVI, se comenzó una modificación masiva de la estructura
superficial de la cuenca del río. Los extensos cultivos escondían
una deforestación igual de extensa y agresiva. Sin recapacitar
acerca de sus posibles consecuencias, se fueron eliminando hectáreas
de arboleda con la excusa de alimentar a los ciudadanos. El uso del
término excusa no es gratuito ni azaroso, sino que refleja un
interés individual de enriquecimiento, ánimo de lucro, por parte de
los terratenientes, que fomentaron con su imprudencia la
impermeabilidad de una cuenca cada vez más deteriorada y peligrosa.
La falta de absorción de unas tierras devastadas, supone un
creciente aumento del caudal del río, así como de la virulencia de
este. Los torrentes se volvieron cada vez más frecuentes y los días
de lluvia no podían ser amortiguados por una tierra absorbente ni
una amalgama de copas de árboles.
Por
el contrario, las precipitaciones continuadas derivaron en un cauce
descontrolado y sobrepasado. Las inundaciones no tardaron en llegar.
Y con ello las tragedias. Por tanto, revertir esta situación debe
llevar adherido la reforestación como emblema de campaña. No puede
ser una solución inmediata ni cortoplacista, pero sí debe acompañar
las reacciones que se generen para aportar cierta duración a estas
iniciativas. Pensar en corto plazo sin prever el medio y largo plazo,
es hipotecar el futuro de nuestras ideas. Condenarlas al fracaso
antes de darles, siquiera, la oportunidad de triunfar.
9-
Parque.
Una
vez recorrido todo el ámbito de actuación, resolviendo los
problemas tangenciales que en él acontecen, es momento de acometer
el principal dilema del concurso. Intervenir sobre el cauce bajo la
presa para contribuir a su integración urbana. Todos coincidimos en
que la oferta de espacios públicos y vegetación es la mejor de las
opciones para una ciudad acusada de adolecer de mayor cantidad de
áreas con estas características, especialmente en la zona centro.
Sin embargo, esto no es sino el principio de una ardua tarea. Definir
este espacio como parque, sólo nos invita a pensar en una
determinada dirección, sin por ello establecer las claves del
ansiado diseño. Las dudas se mantienen en aspectos tan importantes
como la cota, la presencia o ausencia de agua, el límite variable o
invariable de cada sector, etc.
Al
analizar el devenir del río por la ciudad, se detectan diferentes
contextos, perfectamente reconocibles, que invitan a una solución
cambiante pero unitaria. Una manera de absorber tales diferencias e
inducir a una integración global, tan necesaria como compleja. De
hecho, este se ha convertido en uno de los principales motivos para
el fracaso reiterado de nuestras propuestas. Las ideas podían
responder positivamente al área concreta en el que había surgido
pero empezaban a mostrar sus deficiencias conforme las trasladábamos
a lo largo de los seis kilómetros que debemos ordenar. No nos
engañemos, sabíamos de lo complicado de este concurso antes de
aceptar el reto. Desgraciadamente eso no nos exime de sufrir sus
consecuencias. Necesitamos una idea tan ecléctica como su motivo,
pero sin olvidar que una de las premisas de partida era lograr la
unificación de este accidente geográfico heredado por la trama
urbana.
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Como
cabría esperar, con los argumentos redactados se escapa parte de mi
vitalidad. El cansancio extremo que oprime mis sienes me recuerda lo
extenso del día que comienza a expirar. Una señal que no puedo
obviar. Necesito continuar la meditación desde una horizontalidad
que me permita compartir mis pensamientos con la calidez de mis
sábanas y el placentero soporte que me proporciona la almohada.
En
este tipo de carreras de fondo, tan importante es el ritmo de trabajo
como la frecuencia y duración de los descansos. Suena a frase hecha,
pero es una de las múltiples verdades que uno aprende en nuestra
bella carrera. Las noches sin dormir son sólo soluciones extremas a
problemas ya inalcanzables. Lo correcto, sin duda, aprovechar las
horas de concentración y resetear
el sistema para retomar nuestra tarea con más fuerza e ilusión.
Continuará...
(Parte 7/14)
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