Otro
lunes más, me enfrento al honor de entrevistar a un grande,
un compañero y amigo al cual no me hace falta homenajear más de lo
que lo hacen sus propios actos, sus propias obras. Os hablo de
un arquitecto con una dilatada experiencia, que tras años de ejercer
su pasión a través de numerosas muestras de diseño, es
capaz de abandonarlo todo por continuar disfrutando de su profesión.
Alguien para el cual las fronteras no son sino invitaciones a seguir
aprendiendo. Un alumno con experiencia de profesor, un profesor con
alma de alumno.
A
título personal, no puedo sino reconocerle mi admiración por su
interminable vitalidad, sus contagiosas ganas de disfrutar, su
insaciable sed de experiencias, la ilusión con la cual se
enfrenta a cada nuevo reto que se le presenta, ya sea buscado o
encontrado.
Si
alguien me preguntase su edad, probablemente les diría que es tan
adulto como niño, lo más cercano a alguien atemporal, capaz
de vivir cada instante como si fuese el último, el primero, pero sin
olvidar todos los instantes anteriores ni los que sabe que aún están
por llegar.
Aún
recuerdo el día en que le conocí, aparentemente un día más de
trabajo en la oficina. Aquel día, mi jefe se dirigió a mí para
presentarme al que sería mi nuevo compañero-jefe durante la
redacción del próximo concurso al que nos pretendíamos enfrentar.
Sin duda, no podía ni imaginar al artista que realmente me
estaban presentando. Artista en el más amplio sentido de la palabra.
Los días que siguieron a aquel, se sucedieron con sorprendente
naturalidad. Desde el primer momento me expresó sin palabras su
respeto por los demás, su ilusión por el proyecto, por
enseñar sin dejar de aprender. Su vehemencia argumental frente a su
tranquila disposición a escuchar. Un sin fin de colores que no sólo
se reflejaban en el uso de sus inseparables rotuladores, sino
en cada esbozo verbal de la idea. En definitiva, una experiencia tan
agradable como instructiva.
A
partir de ahí, poco tiempo ha dado lugar a mucho. Más concursos en
común, noches de interacción social, jornadas deportivas
indescriptibles y un objetivo común, aprender idiomas.
Para
terminar de definir a este peculiar interlocutor, decir que continúa
inmerso en su gran objetivo, aprender idiomas, para lograr superar
los obstáculos externos que le impiden desarrollar su gran afición,
la arquitectura. Desde aquí desearle lo mejor en esta nueva
aventura y presentaros a un genio con aires de loco, un señor de
bastas maneras, un artista con vocación de amigo.
Bueno,
empecemos fuerte: ¿Qué es para ti la arquitectura?
Arquitectura
es espacio. Es la creación de un espacio limitado, protegido,
confortable, favorecedor de la actividad humana, pero…… la buena
arquitectura,….. además, es la creación de un espacio que es
capaz de acariciar, a través de los sentidos, el
alma humana. De
llegar hasta ella.
Profundo.
¿Cuándo decidiste ser arquitecto?
De
joven, en el Bachiller. No había nadie en este sector ni en la
familia ni conocidos, pero…
Todo
parte de una facilidad para el dibujo, de una buena percepción
espacial, de un creer de cómo serían las cosas, quizás desde una
conciencia muy tópica, casi de la calle. Fue ya durante la carrera
donde tomas conciencia de lo que es esto de verdad. Algo vocacional.
Algo que debes llevar en las venas si quieres hacer de tu profesión
tu trabajo y tu hobby, en definitiva, tu vida.
¡Cuánta
razón tienes! pero, ¿con qué frecuencia te arrepientes?
Es
una profesión que te atrapa y como tal a veces te arrepientes de
vivir tan poco el resto de las cosas, pero siempre es una falsa
percepción de tu realidad. Cuando pasas una semana parado, ya andas
dándole vueltas a la cabeza con nuevas y locas ideas. El arquitecto
es una persona en definitiva con una alta sensibilidad y una alta
capacidad de observación, además debe estar dotado de un espíritu
contestatario, inquieto, transformador, de un creer que las cosas
siempre pueden hacerse mejor. ¿Cómo puedes arrepentirte de sentirte
parte de todo lo que te rodea? ¿De saber que tienes capacidad y
conocimiento para transformarlo?
Suena
bien, sin duda. ¿Cuál consideras que es el proyecto más relevante
que has hecho hasta ahora?
Por
su peso específico, la Biblioteca Municipal de Alhaurín el Grande,
pero quizás, por su carácter plástico, una vivienda unifamiliar en
Cerrado de Calderón, Málaga.
La
verdad es que ambas son muy interesantes, difícil elegir una. ¿Cómo
describirías la experiencia de llevarlos a cabo?
Apasionante.
Duro. De locura. Estresante. Enriquecedor…. Los adjetivos positivos
y negativos podrían alternarse durante un buen rato. Pero si tuviera
que resumirlo en pocas palabras, diría……”podría haberse hecho
mucho mejor, pero estoy orgulloso de lo que se hizo”.
¿No
es lo que dice un padre de sus hijos?
Jajaja.
¿Cuál es el proyecto más ambicioso o loco en el que te has
embarcado?
Difícil
respuesta. Tantos… Sin un punto de ambición y locura nada sale.
Sin embargo, ahora recuerdo que me dio por hacer una fosa séptica
realizada por los mismos albañiles. Existían prefabricadas, pero de
difícil acceso y alto coste. Estudié el problema, qué es lo que
había en el mercado y diseñé mi propio modelo. La ejecutamos. Lo
curioso es que cada cierto tiempo pedía a los albañiles que me las
abrieran. Como comprenderás no era muy agradable, pero poco a poco
fui mejorándola, en cada casa le añadía un algo que había notado
que podía solucionar tal o cual problema. Ya hace tiempo que no las
abro, pero aún no me han llamado. Supongo que funcionan, pues de no
hacerlo, sería muy evidente….. ¿No?
Jajaja,
muy Antonio Palma, sí señor. ¿Tu anécdota más curiosa?
Soy
de los que pinto en las paredes de mis obras mis croquis, mis
detalles constructivos. Curiosamente un día descubrí que había
siempre detrás de mí un albañil armado con una cámara
fotográfica. Parece que la constructora quería asegurarse de que no
se perdieran, o quizás, usarlos en caso de necesidad…
¿Cuál
sería tu cliente ideal?
Cada
proyecto es diferente. Siempre empiezas de cero. Con el papel en
blanco. En unos eres capaz de transmitir tus ideas, de contagiar a tu
cliente, de hacerlo parte de tu equipo….en otros esa conexión no
se produce, el cliente viene con demasiadas ideas preconcebidas, no
buscan a un arquitecto, buscan a un técnico. Ambos son papeles
dignos, pero el resultado suele ser muy diferente. La creatividad es
la ilusión por hacer algo nuevo, que además de dar soluciones a un
problema, sea capaz de ser resuelto con sencillez, brillantez y por
supuesto belleza. El cliente perfecto no existe, pero se parece a
aquel que te deja trabajar, que sólo expone sus objetivos, problemas
y busca tus soluciones. Podrán ser asumidas o no por él, pero es
como si fuéramos al médico porque nos duele el corazón y a la vez
le dijéramos que tiene que operarnos por la nariz. La
profesionalidad y buen hacer deberían ser las verdaderas razones por
las que debería buscarse a un arquitecto y no a otro. Razones
exclusivamente económicas sólo provocan un deterioro constante y
decadente de la profesión. (Como decía cierto colaborador del
pasado, “si pagas con cacahuetes…solo tendrás monos”)
Jajaja,
esa me ha gustado. ¿Has podido trabajar ya con él o es sólo una
utopía?
El
cliente perfecto no existe, pero sí he trabajado con algunos
clientes que te buscan por tu trabajo y buen hacer. (…aunque
siempre intentan lo de los cacahuetes….)
Quizás,
más que clientes ideales, nosotros luchamos día a día para que se
parezcan un poco a ese ideal. Y te aseguro que no es tarea fácil.
¿Qué
le dirías a un estudiante de primero?
Que
se asegurara de su vocación, que la iba a necesitar. Que es una
profesión muy sacrificada y con muchas responsabilidades, pero que,
a su vez, es muy gratificante. Que el verdadero pago por tu trabajo
casi nunca es económico (más en estos tiempos). Y que lo que lo
llevo allí, que nunca lo olvide. Sin
ilusión es imposible seguir.
Si
tuvieses que escoger un proyecto ajeno, ¿cuál sería y por qué?
Elegiría
entre los cientos que me gustan… un edificio que causó mi
admiración siendo aún estudiante y que aún hoy sigue ocupando ese
primer puesto.
El
pabellón alemán de la Exposición Universal de 1929 en Barcelona de
Mies van der Rohe.
Para
mí es la máxima expresión de la sencillez y de la grandeza de los
espacios. El interior y el exterior se confunden, se integran, se
fusionan. La luz es arquitectura, la materia espacio. Es un edificio
honesto, preclaro, donde lo menos sigue siendo más.
Y
puestos a elegir un arquitecto, ¿quién?
Tadao
Ando.
Por
su maestría de la luz. Su poesía de la arquitectura. El agua. La
materia. Por su autenticidad y sencillez. Su integración de la
naturaleza, cómo el exterior entra en los edificios. Su obra en
definitiva, es pensamiento plasmado, espiritualidad.
De
no haberte decidido por esta profesión, ¿cuál hubieses elegido?
Ufffff……Con
la que está cayendo en nuestra profesión decir que siempre me
hubiera gustado ser arquitecto roza el masoquismo. Pero es así.
Quizás,
puesto a buscar alternativas, otra profesión que necesita vocación,
entrega y que tiene mucho de lo que tiene esta. Médico. (Al menos,
creo, no me dirían por donde tengo que operar…o sí?...jajajaja)
Jajaja,
no sé yo. Seamos sinceros, ¿cuál es tu mayor miedo?
Que
esta crisis acabe destruyendo mi carrera profesional. Es como pasarte
una vida diseñando, construyendo, mejorando un “Ferrari”…y
cuando llega el momento de sacarlo a la carretera….No hay gasolina.
¿Cuál
crees que es tu mayor virtud como arquitecto?
No
haber perdido la ilusión del primer día. Seguir pensando que las
cosas se pueden hacer bien. Mejores.
Bien,
ahora que ya te conocemos, la pregunta estrella: ¿cuál es tu
consejo para salir de la crisis?
El
problema de esta Crisis, a mi entender,…..es la falta de rumbo, de
Norte, de no saber hacia dónde dirigirnos. Son demasiados los
factores que están afectando a la economía y muchas las presiones.
Un increíble paro (se supone que la revolución, con estos números
ya debería haberse producido), la desaparición de la pequeña
empresa (verdadero sustento de la economía española), una
administración sobredimensionada (el doble de la alemana, que no
produce y que se auto-justifica ralentizando la “máquina”), la
presión de Alemania sobre el resto de las economías (sus satélites
serán los primeros en ser sacrificados antes de verse afectada su
economía), un excesivo endeudamiento público (impidiendo incentivar
y ayudar a los sectores productivos), la huida a otros países del
capital privado…bueno…la lista ya sabemos que es bien larga.
Además,
pienso que hay otra cosa más grave que estamos arriesgando, la
perdida de ILUSIÓN.
Serán
varias las generaciones afectadas, …los que
ya llegaron,
acabaran retirándose del mercado laboral antes de lo previsto (con
las consiguientes pérdidas de experiencias); los que
no llegaron pero casi lo consiguieron,
verán frustrados sus anhelos, pensando que no aprovecharon su
oportunidad, perdidos ante la tesitura de empezar de nuevo (con
familia, hipotecas, deudas) o abandonar … (a mi entender, los más
afectados); los que
estaban empezando,
si no se embarcaron en demasiados compromisos económicos, sabrán
reaccionar, aunque son los que romperán el mercado, bajarán
precios, inventarán nuevas formulas, son los que no tienen los
lastres del pasado y ningún compromiso con el futuro, …
Los
que no
empezaron, o están a punto de hacerlo…
ante esta terrible situación, simplemente se marcharán a otros
lugares, pues nada los ata y sus capacidades aún están intactas. La
pregunta clave es si el país se puede permitir el lujo de formar a
tantas generaciones para después perderlas…?
Consejos
para salir… no los tengo… sé que tendremos que reinventarnos,
pero no sé en qué.
¿Cómo
entraste en ella?
Cómo
todos… viéndolas venir pero sin imaginar el alcance. Dudo que aún
sepamos cual será este y sus consecuencias.
A
finales de 2006 y comienzo de 2007, el sector privado empezó a
desaparecer. Las grandes empresas empezaron a caer. Los proyectos
importantes (parecía que por fin empezaban a llegar), comenzaron a
anularse uno tras otro. Me pasé al sector público, y bueno muy
interesante la experiencia, difícil, otra forma de trabajar, …
pero más de lo mismo y a mediados de 2010, muchos de los trabajos
quedaron “colgados” y sin cobrar. Desde hace un año no sale
nada. Dicen que el paro afecta al 90% de la profesión y me lo creo.
Ahora…
por un tiempo en Irlanda aprendiendo inglés, gastando el último
cartucho y sabiendo que es necesario empezar de nuevo, con casi
certeza absoluta, en otro lugar.
Esto
es duro. ¿Cómo piensas que saldrás?
Como
ya te dije… no lo sé. Sigo amando mi trabajo y sigo resistiéndome
a perder la ilusión del primer día. Constantemente busco en mí
aquellas cosas que me llevaron a enamorarme de mi profesión
¿Cómo
puede afectar a esta profesión, y a ti como persona?
Creo
que esta crisis dejará huella en todos los sectores, pero, el
nuestro ya nunca será el mismo. Será otro,... diferente. Pienso que
el arquitecto es una figura fundamental en nuestra sociedad. En un
mundo donde la demografía sigue aumentando a un ritmo galopante,
será necesario buscar nuevos modelos de crecimiento si no queremos
acabar con el planeta y en eso, pienso, el arquitecto es uno de los
protagonistas para buscar nuevas ideas. Es necesario que la figura
del urbanista-planificador-constructor, surja de sus cenizas y se
reinvente. Al igual que el concepto de familia está cambiando, los
nuevos espacios habitables deben re-concebirse. Palabras actualmente
tan machacadas como sostenibilidad, conservación, economía,
energías limpias y renovables… se convertirán en las verdaderas
reglas del futuro “ juego”.
Ya
sabemos que es para ti la arquitectura, pero, ¿qué esperas que sea
después de la crisis?
El
momento de contracción que estamos viviendo, creo, será más
duradero de lo que pensamos todos. Venimos de un momento expansivo,
donde la arquitectura fue la diva de la fiesta, y por eso mismo,
necesita bajar a los infiernos para recuperar su equilibrio y sitio.
La arquitectura espectáculo deberá dejar paso a una arquitectura
más coherente, más acorde a la realidad, al futuro que nos espera.
Los proyectos emblemáticos, simbólicos, deberán dejar paso a otros
más modestos pero más integrados. El problema de esta situación es
que tanto arquitectos, promotores, políticos, etc. deben dejar ese
afán de lucimiento, de poner los grandes focos del escenario mundial
en sus productos para pasar a una situación más modesta y humilde…
el problema es... ¿cómo hacerlo?... Supongo que deberemos tocar
fondo para empezar de nuevo.
¿Qué
queda del joven que se adentró en esta carrera?
Siempre
lucho por ser joven, por ver el mundo con ojos nuevos, casi
infantiles. Pero reconozco que en el fondo es un acto de
autodisciplina… por cierto… muy gratificante cuando lo consigues.
Desde
luego que sí. Una vez más, ha sido una auténtica experiencia poder
disfrutar de esta interesante conversación contigo. Muchas gracias
por tu tiempo y tu interés.
Un
abrazo.
Y
hasta aquí nuestro #LunesdeTapitas de hoy.
Un
saludo.
De
tapitas con...
Antonio
Palma
Arquitecto
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